13 de septiembre de 2011
26 de junio de 2011
Jugando un poco...
El juego
nos hace libres. Nos ayuda a conocernos, a conocer lo que nos gusta, lo que no
nos gusta, y también a explorar esas cosas que nos intrigan. Cuando jugamos
aprendemos, crecemos, compartimos, pensamos. Cuando jugamos nos creamos nuestro
imaginario y nuestras propias cosmovisiones de lo que creemos que puede ser un
mundo mejor. Cuando jugamos nos reinventamos, jugamos a ser alguien más,
jugamos a ser alguien distinto y esto nos ayuda a ponernos en los zapatos del
otro. Recordemos esos juegos que jugabamos de niños; esos momentos que
disfrutabamos en soledad o acompañados; momentos que nos llenaban de alegrías y
tranquilidad. Recordemos también esa inocencia que nos caracterizaba, y que nos
dejaba disfrutar un poco más de cada momento de la vida, para poder salir a
jugar.

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